En el año 2015, tuve la oportunidad de visitar uno de los primeros lugares fuera de Nueva York: Washington, D.C., la capital de los Estados Unidos. Desde el momento en que llegué, me enamoré del ambiente político, cultural y social que impregnaba cada rincón de la ciudad. Caminar por las cercanías de la Casa Blanca y recorrer los icónicos museos fue una experiencia inolvidable. Como periodista y recién llegada al país, tuve un pensamiento que me marcó: “Quiero trabajar aquí algún día, en este lugar, en el corazón político de Estados Unidos”. Lo que no sabía era cómo ni cuándo lo lograría.
La historia de Washington, D.C., es tan vasta como inspiradora. Desde su fundación en 1790, la ciudad ha sido testigo de algunos de los momentos más importantes en la historia del país, como la redacción de la Constitución y los movimientos por los derechos civiles. D.C. es mucho más que el hogar de la Casa Blanca; es un símbolo de poder y cambio. Cada rincón de la ciudad guarda una lección, desde los monumentos hasta las oficinas donde se toman decisiones que impactan al mundo.
A partir de esa primera visita, cada vez que buscaba un trabajo o aplicaba a una nueva oportunidad, me encontraba pensando: «¿Tendrán oficina en Washington, D.C.?» Siempre me decía a mí misma: “Quizás un día me lleven a trabajar allá”. Ese sueño, que comenzó como un anhelo, se convirtió en una meta concreta que guardé en mi mente y, lo más importante, en mi corazón.
Y hoy, en épocas de elecciones, he tenido el privilegio de cumplir ese sueño. He trabajado en Washington, D.C., y lo que es aún más emocionante, he tenido la oportunidad de conocer a una de las candidatas presidenciales. Es un momento que nunca olvidaré, y una prueba de que la proyección es poderosa. Soñar con una meta es el primer paso, pero lo que realmente me ha funcionado ha sido mantenerme siempre en la búsqueda activa de oportunidades.
Durante mi última visita de trabajo a Washington, aprendí algo muy valioso: nunca dejamos de aprender. Este lugar, lleno de historia política y figuras influyentes, me ha recordado la importancia de profundizar en el conocimiento de los representantes, de los momentos cruciales de cambio en la historia de Estados Unidos. Hay mucho que aprender, y estoy decidida a seguir en este camino.
Declaro, desde este blog, que un día volveré a Washington, D.C., pero no solo como visitante o como periodista. Declaro que un día iré a la Casa Blanca por trabajo. Seguiré soñando, planeando y ejecutando, porque es la única manera de cumplir lo que nos proponemos.
Mira mi lista de sueños y metas, y utilizala haciendo una copia.

Deja un comentario