Estoy a punto de cumplir nueve meses viviendo en la ciudad de New york, por lo que he decidido dedicar estos próximos 10 días a realizar entradas breves sobre esta experiencia.
Llegué el 25 de febrero del 2015 al aeropuerto John F. Kennedy de la Ciudad de New york. Eran las nueve de la noche, me había quedado escribiendo durante el vuelo sobre las cosas que traía en mente – divagando- Mi visa de residente y la voz de mamá me decían que debía quedarme por un largo tiempo, pero igual tenía comprado mi tiquete de regreso lo que al principio me generó cierta calma, las preguntas al llegar fueron sencillas, tomé mi maleta y me preparé para ver la nieve.
Yo , cómo Caleña gallina le temo al frío, estaba congelada y por ningún lado encontraba mi nombre escrito ni la cara de mi mamá o mi hermano. Mi celular estaba descargado, pasaban los minutos y nadie llegaba por mi, pensé cosas cómo, se olvidaron de mi o que el cambio de hora había generado confusión. Entonces después de cierto tiempo caminando de un lado al otro enfoqué el hombre que me ayudaría.
Ubiqué dentro del aeropuerto a un señor que estaba recostado a un afiche publicitario, con bigote y patillas largas , usaba un anillo con un águila en la mano derecha y un tatuaje que daba la impresión de habérselo hecho muchos años atrás, zapatos negros de material cómo los que se usan en Cali para ir a la escuela, pantalón gris y una chaqueta negra de invierno y me fui directamente donde él y le dije: Disculpe Señor , me puede hacer el favor de venderme un minuto.
Mi primer Colombianada, acá no he visto el primero que venda minutos.
El señor que formalmente me presto su celular para realizar la llamada era de México, me explicó en cuestión de segundos en sus palabras que aquí en los Yores nada es tan «friendly» , a diferencia de los países nuestros que hacen fiesta para todo, acá no y con este frío menos, no se preocupe me dijo, debe ser que estaban trabajando.
jajajaja… no jodas que te dejaron botada en el aeropuerto? 😛
Te imaginaras el susto que me dí, me iba a devolver para la tiendita de Don Jairo .
jajaja… ay que rico mi Xime, ojalá vengas pronto.
Ay América, Mi no guta ese país, dilo de vidita.
Parte del proceso de adaptación. Ser turista es una cosa diferente. Pero ahí vamos Jesús.
Ayyy no amiga jajajajajajaja que pecao jajajajajajaja
jajajajajajaj por qué no había contado que la dejaron botada en el aeropuerto??? y que había pretendido que le vendieran minutos.. me reí mucho…