12/31/17

Una vez las fotos tomadas,  me prepare para ir abrazar a mi familia que vive en el mismo condado pero como a 30 minutos de distancia,  desde que llegué a este país no había pasado lejos de ellos asi que con mucho valor  debía armarme para salir en el frío más berraco, me coloqué un leggins, una blusa, un sueter, un gorro, un par de guantes, una bufanda y un super jacket para el invierno – que uno no sabe si es un chaleco antibalas o es un sleeping – todo esto dejó mi vestido blanco  ajustado y de transparencia en el fondo de las capas de ropa, junto a  él  mis recuerdos de los calidos treinta y uno en mi bella Cali.

No querian estar en New York?  asi fue el mensaje de mi amiga dominicana que entre risas nos recuerdó lo bello que se ve la nieve en las películas romanticonas y como parece de divertido hacer los muñecos en la nieve,  y la verdad es que para mi es mágico, claro cuando estoy en mi apartamento del cuarto piso viendo caer la nieve y la calefacción esta en su máxima expresión.

Volviendo a la despedida del 2017, una excusa que me encanta para estar despierta hasta la media noche, les quiero compartir que por primera vez saque la maleta vieja y le di un pequeó borondo para ver si este año me lleva a viajar mucho y sin tanto equipaje.

Si señores , estabamos con una temperatura de -7 grados centigrados y yo corriendo un trayecto de dos cuadras que se me hicieron como del tamaño del pascual guerrero, pidiendo deseos en mi mente mientras mi respiración se congelaba , que este año aprenda  a soltar, dejar ir para así avanzar, llevar mi maleta a nuevos rumbos y que el camino de este año me coja con las herramientas bien listas con la maleta de mi vida, y asi pidiendo deseos mientras la gente se asomaba por la ventana viendo la colombiana con sus agüeros corriendo para volver a sentir los dedos. 

Ah! por supuesto que este 2018 me lleve a la playa, la brisa y el sol para olvidar este frío que me esta congelando hasta el alma.