Alguna vez llega ese día en el que nos preguntamos porque las cosas sucedieron así y porque hemos llegado al punto donde estamos hoy en día. Algunos dicen que se debe mirar atrás solo para tomar impulso , otros dicen que todo pasado fue mejor y bueno, yo a mis 30 añitos de «adolescencia» he aprendido a mirar el pasado para reírme de lo que sucedió y dejarme de arrepentir de lo que no pasó.
El último día del año se hace propicio para escuchar nuestra voz interior y es que son varias las veces que mi otro yo me habla pero pocas las que le he prestado atención, y aquí entre chanza y chanza les cuento que han sido muchas las veces que me he preguntado cómo llegué a New York y cómo carajos fue que dejé tantas cosas y personas que creía inseparables.
Una de esas mañanas que me desperté pensativa con el «don» filosófico a ras de piel tratando de descifrar si el destino nos juega la partida por adelantada y nosotros somos simples fichas que vamos trazando el camino o sí somos nosotros los jugadores reales en un diagrama de flujo con las flechas del sí y el no que finalmente nos llevan al cajón de las consecuencias donde una vez en él ya no nos queda más que asumirlas.
Una de esas mañanas compare el ayer y el hoy y recordé el día que me hicieron la despedida en la casa del que era mi mejor amigo, ese día en mi ciudad natal sabía que no regresaría pronto, entonces tomé el avión sin una lágrima y marché rumbo de mi nuevo destino con la esperanza de empezar junto a mi familia que tanto tiempo había estado a la distancia, pero no siempre se está preparado ni siempre los planes salen como los imaginamos, entonces en un abrir y cerrar de ojos me independicé y empecé a construir un nido en este nuevo hábitat, conocer otra cultura y ha compartir con alguien de costumbres distintas, un desconocido robó mi corazón y empezó a luchar por entender porque todo lo como con cuchara y porque – champus- es una bebida y no un producto para el cabello.
Empecé esa nueva etapa cuestionando todo y para todo, entonces en la dualidad de vivir el presente y extrañar el pasado , la vida me dio una oportunidad de volver atrás, fue en el 2017 cuando todo parecía que podia a volver a ser como antes, cuando recibí una llamada que me invitaba a echar una repasadita , debía tomar una decisión de volver a dormir con la misma persona, compartir con los mismos amigos, amar al que yo pensaba extrañar, frecuentar la misma tiendita y así los recuerdos me hicieron saltar al vacío y volví a Cali, llegué ese 8 de enero con la mentalidad de quedarme y empezar a retomar el camino que había dejado , pero pasaban los días y todo era distinto, ya no sentía que era el lugar donde quería estar y notaba que eran más los recuerdos que me habían guiado que la realidad que me recibía, fue la experiencia que me motivó a enterrar los recuerdos como grandes tesoros y empezar a disfrutar de los nuevos caminos.
Fue por eso que este año 2018 decidí abrazar mi presente y empecé a vivir agradeciendo día a día de ponerme donde estoy, dejé de cuestionar el porqué y empecé a disfrutar , ha sido mucho tiempo en donde ni siquiera escribir era una opción por no lastimar a alguien más, pues la herida y el recuerdo de haber abandonado a alguien estaban presentes, pero este año fue diferente, logré desafiarme a sí misma y viajar sola a méxico, monte en globo, aprendí a conocer el hombre que comparte sus días conmigo y me abraza todas las noches, viví la celebración de cumpleaños más extrema y saltamos de un avión, creció mi círculo de amigos y se construyeron amistades maravillosas, agradecida estoy de la vida de estar con mi familia y una vez más tengo que decir que la vida es tan perfecta que me dio la oportunidad de viajar a Cali sin prisa, para abrazar a mi querido viejo, de ver como mi novio compartía las lecturas con mi papá y comían a la par, caminar con ellos en las noches calurosas y saber que no tenía nada que pedir todo cuadraba a la perfección.
Hoy lo único que deseo es agradecer porque desde este año empecé a trabajar en mi área profesional, con un equipo de mujeres maravillosas, he logrado exponer y hacer parte de una publicación periodística fenomenal «Sin maletas» que se ha abierto espacio en México y Universidades de New york, he sido voluntaria en organizaciones afines a mis objetivos y sigo estudiando para lograr construir mi carrera como lo soñé y aunque el camino me ha conducido a nuevos retos laborales sigo enamorada del periodismo pero apasionada por las organizaciones sin ánimo de lucro – es que varios amores si se pueden tener a la vez.
Un 2018 se va lleno de tesoros y llega un 2019 donde se quedan los que merecen un lugar, un nuevo año que nos permite reinventarnos a nosotros mismos y seguir agradeciendo porque estamos vivos y con eso ya lo tenemos todo. Así que actitud señores y abriendo paso a estos días que vienen toda, al final y al cabo ya vamos ganando el juego pues a mi me decían que todo llegaba a su final en el 2000 y aquí seguimos.
Gracias a la vida por obligarme a vivirla ♥