Un año nuevo empieza y me da por pensar en todos los que disfrutamos esperando que llegue la media noche del 31 de diciembre para empezar con pie derecho, animo y actitud todos los planes que tenemos por continuar y aquellos que no hemos empezado.
Me encanta hacer el balance del año y seguir escribiendo mis metas y algunas promesas que vienen desde el 2000, esos retos para mi, cómo adelgazar, dejar de enfurecerme y tener organizado el cuarto , Oh por Dios! hay cosas que se me escapan de las 12 uvas , pero bueno trato y sigo tratando.
El caso es que a medida que los años van avanzando, la edad biológica que llaman -porque yo me sigo sintiendo como una niña de 20- las proyecciones se van convirtiendo en planes muchos más firmes, como ahorrar dinero, casarse , tener o no tener hijos y esos temas pesados – que solo los adultos comprenden – pero tambien los sueños del deber ser, el donde debería estar a mi edad y preguntas que me planteo y hoy las quiero compartir porque en algunas conversaciones entre amigas vienen al caso y porque hacen parte de mi invitación para este año que inicia hoy.
La invitación es dejar a un lado la invasión de modelos no modelos, prototipos que nos acribillan con lugares que deberíamos conocer, bodas que deberíamos tener, novios que tendríamos que conseguir, cuerpos que obtener, estudios que deberíamos alcanzar e idiomas que hablar y muchas cosas por el estilo que poco a poco se esfuerzan por hacernos creer que existe una forma en la que se debe disfrutar la vida .
y pues No! Creo que ya que estamos vivos deberíamos aprovechar para hacer el mejor papelón del mundo en esta obra de teatro en la que nos despertamos todos los días, hacer nuestro propio modelo a seguir, ser la mejor versión de nosotros mismos y que por nada del mundo nos invada la rutina, decirle adiós a la monotonía y no dejar pasar el tiempo para cumplir nuestros propios sueños, por eso este 2016 lo único que deseo es ser más yo, Ximena con (X) equis! y esa la misma invitación para cada uno de ustedes. Feliz primero de enero.